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La venta de comida en carritos ambulantes es parte del paisaje urbano de tantas ciudades del mundo que resulta difícil pensar en alguna ciudad que no tenga este tipo de servicio callejero.
En Caracas, teníamos los carritos de “Perro Caliente” (Hot dogs) que se encontraban con facilidad en las principales calles de la ciudad. El más célebre era el de Filippo; un italiano que dominó el arte del perro caliente como nadie en aquella ciudad.
En Nueva York, también abundan los puestos de hot dogs, pero mezclados con carritos de comida tan variopintos como esa ciudad. En la gran manzana, te puedes encontrar estacionados a poca distancia entre ellos, carros que venden pizzas, comida austriaca, china o cubana. Por su parte, en Ámsterdam los kioscos callejeros ofrecen bocadillos de arenque crudo con cebolla picada y en Londres, el helado se encuentra en los camiones estacionados en los parques, que ofrecen soft ice cream por el que los ingleses hacen colas ordenadas esperando su turno para pedir el suyo.
En la capital culinaria del mundo, París, tampoco podía ser de otra manera.
Allí lo que abundan son los kioscos que venden crêpes bretonas y gofres ofreciendo una alternativa de una comida bastante completa a un precio razonable, aunque la calidad no siempre cumple las expectativas. Sea como sea, las galettes elaboradas con harina de trigo sarraceno y rellenos salados como queso, jamón o huevo, o las crêpes dulces se nos cruzan en el camino, en particular en los barrios más populares de la ciudad, así como aquellos en donde abundan los estudiantes, compitiendo tête à tête con los restaurantes especializados en crêpes.
Sea como sea, Montparnasse es quizás uno de los barrios parisinos donde más han proliferado las creperías tanto formales, como en kioscos callejeros. Dicen que eso es así porque los bretones llegaban a París por la estación de trenes de Montparnasse deseosos de instalar un negocio tan pronto bajaran del tren. ¿Leyenda o realidad? No lo sé, pero si lo pudimos constatar hace unos días en París y así se lo mostramos en la galería de fotos a continuación: los kioscos de crêpes en Montparnasse.
Por cierto, hasta hace poco, los kioscos callejeros de crêpes de París, ofrecían además de las crêpes bretonas, los gofres belgas. Sin embargo, en esta visita a París constatamos que la oferta ha aumentado con churros españoles con los que conviven sin problemas.
Ante la pregunta sobre cuál es la mejor crepería de París, algunos dicen sin dudarlo que Josselin en la Rue de Montparnassse. A nosotros nos gusta L’Avant Comptoir de L’Odéon, del chef Yves Camdeborde, el mismo del Bistro Le Comptoir de Relais.
Y para ti, ¿Cuál es la mejor crepería donde has comido en París? Déjanos tus comentarios y experiencias y compártelas con nuestros lectores.