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Les habíamos prometido un tercer post con los helados de Barcelona, que en su mayoría son obra del artista urbano conocido como Onegizer Konair y hoy cumplimos la promesa con un poquito de retraso. La intensidad del trabajo en Mannà Gelats durante la temporada veraniega nos ha obligado a alejarnos de la redacción del blog por un par de semanas que esperamos hayan coincidido con unas estupendas vacaciones de nuestros lectores.
No queremos dilatar más esta tercera entrega dedicada a estas piezas de arte callejero por lo que aprovechamos un momento de relax de una tarde de viernes lluvioso para hablar de la personalidad de estos helados.
Para comenzar, este helado de menta con un aura blanca y radiante que tiene un gesto socarrón, con esa expresión que eleva el labio superior sin dejar ver con claridad si sonríe o reta, pero que demuestra que se las sabe todas. Sin embargo, al poco tiempo de hacer esta foto regresé a esta esquina del Poble Nou y me lleve la desagradable sorpresa de que había sido «devorado» por una serie de graffitis sin ningún valor artístico; pero al fin y al cabo, ¿No es cierto que el ser devorado es el destino de cualquier helado que se precie?
La personalidad de este helado nos ha resultado más difícil de descifrar y no es para menos. El autor también parece preguntarse si tiene límite. ¿Es un perro o un pato con dientes? Aparentemente ladra. Parece un perro bravo con una mirada concentrada, al nivel de la comisura de los labios que le confiere más agresividad aún. Un perro bravo y agresivo.
Definitivamente, no pediríamos este helado en una heladería ni que fuera un helado de guayaba (por el color podría serlo).
Este helado es más amable. con una sonrisa algo vergonzosa, con los dientes expuestos, pero cerrados y un gran ojo que expresa asombro, quizás por el hecho de haber encajado también en este espacio que parecía esperarle.
Otro helado que parece haber encontrado su nicho es el siguiente, en la nueva plaza que el Ayuntamiento de Barcelona está terminando detrás del Mercado de la Boquería.
Sin embargo, a pesar de haber encontrado un nicho tan cómodo, parece más bien tímido o al menos sabe esconder su personalidad. No así los siguientes tres helados.
A pesar de que sus colores (sabores) varían entre ellos, este grupo de tres helados están emparentados entre sí, al compartir un mismo gesto de sorpresa y disgusto, quizás por ver al fotógrafo de Please…don’t move! haciéndoles la foto; que descaro -dirán ellos- no nos dejan estar.
Capítulo aparte merecen los helados voladores; aunque son algo insípidos, siempre nos hacen gracia cuando los encontramos en algún rincón de la ciudad.
Otro helado que nos llama poderosamente la atención es esta especie de Pinocho azul, que aparenta ser de algún sabor de moda (Pitufo por ejemplo) pero que queda delatado por la nariz.
Por último les dejamos la joya de la corona de los helados de Barcelona con personalidad:
Lo dejamos de último porque pronto se inicia el nuevo curso escolar, y este helado ilustrado, aunque mira con algo de indiferencia a su interlocutor, deja un sabio mensaje: «Estudia!!! No seas insensato». Tomen nota muchachos y que tengan un excelente nuevo año escolar.
Esperamos que nuestro tercer divertimento sobre los helados en Barcelona les haya gustado. Si por otra parte, quisieran tomar un helado más serio, como siempre les invitamos a tomarlo en Mannà Gelats en Barcelona.